lunes, 20 de febrero de 2017

Pérdida de la ilusión.

El pasado 6 de Enero, Pablo, como todos los años corría a la parte baja de la casa a ver los regalos que había recibido por el día de Reyes, pero algo no era como otros años.
Pablo tenía 9 años, era hijo único de madre divorciada y vivía con su abuela-. La situación ese año fue difícil, llegaba poco dinero a casa, y lo que llegaba era para la medicina de la abuela ya que la Seguridad Social no se lo cubría.
Llego al árbol, como todos los años decorado con grandes bolas rojas y una hilera de colores producidos por el cable de bombillas que le hacía recordar a la Aurora. Ese año no habían regalos bajo el árbol como fue costumbre hasta ese día. A él no le preocupo pues pensó que los Reyes habrían dejado los regalos escondidos por algún lugar de la casa. Mientras Pablo recorría la casa cual pollo sin cabeza la madre lo miraba con la cara descompuesta, pensaba que sería de la ilusión de los Reyes Magos a partir de ahora para Pablo y que efectos tendría esto sobre él.

Pablo, cansado de buscar fue a preguntarle a su madre y esta con mucha pena le dijo que ese año los Reyes habían fallado. Pablo sabía que eso era imposible, pues para el los Reyes no fallaban por lo que fue a la madre a preguntarle qué es lo que pasaba realmente. Esta se lo llevó al sofá y le confesó la crítica situación que vivían, pero, a su asombro, Pablo no mostró una pizca de pena, la abrazó y la tranquilizó: “Mamá, los regalos son bienes materiales, y como tales no son importantes, no me importa si no tengo más regalos con vosotras me basta”. Esa frase se le quedo a la madre grabada para siempre, y fue ahí donde se dio cuenta que aquel niño inocente se estaba convirtiendo ya en el hombre que la familia necesitaba.

sábado, 22 de octubre de 2016

Petra Lázsló es galardonada

La reportera que propició la zancadilla a un refugiado gana un premio.

 Petra Lázsló recibe un galardón por un documental de la revolución Húngara.

según ha informado el diario financial Times, la reportera que golpeó a los refugiados en su huida del cordón policial para introducirse en Hungría ha vuelto a dar de qué hablar con el obsequio del documental de la revolución Húngara.

Esta reportera salió a la luz en Septiembre de 2015 con el famoso vídeo de las patadas, inmediatamente la despidieron de su trabajo en la cadena N1TV, aunque llegó a pedir perdón intento justificar su acto diciendo que lo hizo por miedo: "No soy una cámara racista sin corazón que patea niños. Y no merezco esta caza de brujas contra mí, ni la difamación ni las amenazas de muerte", dijo para defenderse.

Yo pienso que ha esta mujer debería habérsele betado el ejercer como periodista en cualquier cadena televisiva y haberle caído también un castigo por tal atrocidad, porque los refugiados no son más que personas en busca de una vida mejor, en busca de oportunidades, de futuros para sus hijos, etc... En conclusión, me parece una vergüenza que a esta mujer, después de lo que ha hecho se le recompense con un premio.